La condición física descuidada del futbolista salvadoreño en específico, no es nuevo, es un mal endémico, sin embargo en los tiempos modernos de información al alcance de todos, es un pecado que el futbolista no se cuide aún en sus limitaciones, no hay excusas, viven de su cuerpo y como tal deberían cuidar su herramienta de trabajo.
El futbolista vive de su condición física, ese es su trabajo, a diferencia de quien pasa jornadas laborales de ocho o más horas en una oficina, fábrica o negocio y agregado a ello trata de implementar una disciplina o rutina diaria de ejercicio; el futbolista es privilegiado porque tiene no solo los reflectores sobre él sino el tiempo para cuidarse lamentablemente, no todos tienen la suficiente capacidad de razonamiento.
Las jornadas laborales normales de los futbolistas de lunes a viernes son un entreno de hora y media, en la mañana o la tarde ¿Y el resto del día? Algunos tienen a bien estudiar, otros se dedican a mal gastar sus salarios en diversiones poco sanas.
Ya sean puntuales o atrasados los salarios de los futbolistas salvadoreños en Primera División, están muy por encima del salario de un profesional académico
Algunos no están preparados para manejar ese privilegio, y tienden a perder el rumbo, con vehículos, conquistas, adicción a video juegos, excesos de comidas, licores, bocadillos, vida nocturna, incluso drogas ya que en la LMF no es requisito un antidopaje.
Alguien podrá decir que "Es su vida y tienen derecho", y es cierto solo que ellos tienen la categoría de atletas (aunque no parezcan) y los abusos pasan factura en su trabajo y se nota, quieren y pueden económicamente hacer descuidos tales como lo han hecho figuras de antaño e internacionales, sin embargo hay niveles de talento y para cada cosa hay un tiempo, no semana a semana o tres o mas veces por semanas.
Hasta el sabio Rey Salomón dijo en el libro de Eclesiastes "Hay tiempo para todo, cada cosa tiene su tiempo" y se afrega " también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda"
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